Lavapiés-Paris-Texas-Montera

Un jueves cualquiera me encontraba en el descanso de la academía de Termodinámica (es peor de lo que suena)y pensé, ¿por qué no llamo al Ruben y nos vamos a tomarla por ahí?
Asi que quedamos en Lavapiés y nos fuimos de cañas. Me llevó a un bar mazo de bohemio, con estanterias llenas de libros y donde los clientes se entretenian con eternas partidas de ajedrez. Ni que decir tiene que esto último capto toda la atención del Ruben. Hablamos sobre todo de nuestra ansiada emancipación. Bueno, para ser precisos habló Ruben porque yo me agobié (mareo y taquicardia incluidos) con tan solo pensarlo. Hablamos con Dani, que parece ser que puede que se apunte, pero como al día siguiente se iba a Grecia con Diana, que ya hablaríamos a la vuelta. Hablamos un poco de ti, de tu curro de chofer allí en Finlandia, de lo bien que estabas allí asentado, de como ibas a encarrilar tu vuelta. Nos tomamos un par de cañas y cuando saliamos del bar Ruben me dijo que de la partida de ajedrez que acaba de empezar iba a ganar seguro el de las rastas, - ¿cómo lo sabes? -Por su apertura -Ruben conmigo no hace falta que te tires el pisto. El intercambio de fluidos corporales lo tienes asegurado- jajajaja-

Estuvimos luego en otro bar (El Automático) donde cenamos y nos fijamos en una camarera con cara de perro, seriota quiero decir, a la que intentamos animar con sonrisas, buenas palabras y más sonrisas. No lo conseguimos, pero ya sabes como es Ruben, si no le dice algo revienta. No recuerdo muy bien lo que le dijo, pero creo que consiguió aliviar el "rigor mortis" de la pobre.
Como estabamos un poco cansados, de no hacer nada, decidimos ir al estudio de Montera a ver una peli llamada Paris, Texas (Win Wenders, 1984). Tumbados cada uno en un sofa, ventanas abiertas, copa de ron en mano vimos esta extraña peli de culto. Lenta de cojones, tanto que me quede frito a los 10 minutos. Me desperté mitad final de la peli, por un jaleo montado fuera.
Resulta que habia habido jarana entre chulos y prostitutas. Una gorda, bastante orco por cierto, cinturon en mano y con un cabreo que no veas estaba intentando arrearle a alguien. Era todo muy confuso. Ruben me contó que solía pasar esto de vez en cuando y que él no se perdía ni una. Terminamos de ver la peli y Ruben se enamoró de la protagonista (Natassja Kinski), como siempre. Nos acostamos en el sofa cama que tienen allí y me di cuenta que aquella era la primera vez que Ruben y yo dormiamos juntos, ¡ummm!. Para mayores detalles de lo que pasó os remito a Ruben.

A la mañana siguiente nos despertó Pablo y Ana, compañeros del estudio de Ruben, a eso de las 10:00, muy pronto para Ruben. Desayunamos en el Cañas y Tapas de abajo y por casualidad nos colocamos en una mesa que daba justo al sitio donde van las emeretrices a consumar. Vimos a dos clientes, un sudamericano en plan mochilero que decidió hacer un alto en el camino y un pijo engominado que no tendría a mano esa mañana a la chica de servicio interno de su casa y claro.. Nos resultó mazo de curioso una clientela tan variopinta. Antes de despedirnos acompañé a Ruben al Zara de Gran Via a comprarse unas zapatillas iguales que las que tenía (las negras esas que tiene tan sobrias, ya sabes). - No sé Ruben, un poco de colorido te vendría bien ¿no? - Es que me molan mazo - Pues na´ tu mismo-.
Me acompañó hasta el metro, 7 u 8 reinas se nos cruzaron mediante y nos despedimos con un más que amistoso frotis. En última instancia me comentó que estaría bien publicar lo sucedido en el blog.