martes, 22 de julio de 2008

un paseo por helsinki

hoy el cielo se ha despertado gris y tal vez se le antoje llover o tal vez brillar el sol.


me he preparado el segundo café del día, sentado en mi nueva silla, mientras el proyecto espera tras esta pantalla, tras él, el árbol donde a veces se deja ver la ardilla, tras el árbol una residencia de chicas, tras ellas, casas de estudiantes erasmus vacías, y tras los erasmus el bosque. continuando por él llegas a un entrante del mar, uno de muchos, donde hay una reserva de aves, y continuando más allá, pasas por debajo del metro y llegas hasta una pequeña playa donde ves todo el perfil de helsinki. por encima de todo y bajo la escala grises, una autopista invisible por donde vuelan aviones, casi silenciosos, constantemente. sobre mi escritorio cuatro tazas vacías, una botella de coca cola casi vacía, unos altavoces que cantan, papeles revueltos, un libro abierto, dos móviles, una cámara de fotos y una carpeta de travelplan; detrás de mi un poco de desorden. fuera de la habitación, tras la puerta, están dando vueltas mis nuevos compañeros de piso, gregor y sasha, esloveno y alemán muy majetes; y al fondo comida pakistaní en el fuego. bajando las escaleras supongo que estarán un par de franceses jugando a la petanca y a lado de ellos mi bici; al fondo está la casa de jose y tere, que también tienen una nueva compañera de piso, sihoko, una japonesa muy graciosa que está un poco despistada. ellos estarán ahora en el unicafé, que está a unos tres minutos. allí estarán todos comiendo arroz con arroz, patatas con piel, ensalada y el plato especial, y muchas veces especialmente malo. desde el unicafé puedes coger un atajo, bajo la autopista (visible) y pasando por el cementerio, que te lleva a malmi en diez minutos, donde está la biblioteca en un centro cívico como los de allí, y la piscina. desde allí las posibilidades son muchas, puedes coger el autobús que te lleva al aeropuerto, donde la semana pasada tuve que ir un par de veces, hacerme pasar por un tal kike y decirles a los turistas rincones de helsinki. desde allí también puedes bajar al centro gratis o puedes coger un tren que te deja en tikkurila, de donde rescaté la silla a la vuelta de la segunda cena de despedida de leti. la primera despedida fue en halpastesyria, nuestra cabaña de fin de semana donde ahora está viviendo toni. allí estuvimos disfrutando de los ultimos abrazos con leti, recogiendo berrys, cenando, bailando, haciendo sauna y nadando en lago, que esta vez no estaba helado. y bueno, como ya no se como seguir, siempre puedes sentarte en las escaleras de rauta antes de volver al bosque y esperar que pase alguien conocido de este barrio gigante.

al final se ha puesto a llover.


1 comentario:

rubén dijo...

me ha encantado el vídeo... precioso.

y el texto recorre linealmente muchos caminos y sensaciones, en realidad es como otro gran vídeo del que nosotros formamos parte completándolo cada uno con ímagenes propias.

veo que continúan las despedidas... y la vida.